Cambios

Posted by  Tarride | Posted on 3:58 p.m.

0

Haloperidol tomó su chaqueta tambaleándose, hacía mucho rato que se quería parar pero le costaba en exceso. Biperideno estaba dormido, y tuvo que golpearlo varias veces para lograr despertarlo. B lo miró claramente sin entender nada.
Afuera hacía frío pero no demasiado, un viento suave anunciaba tibio que llovería nuevamente, y los dos amigos saludaron al cantinero con un gesto y una mueca errática. Haloperidol se sentía bastante bien, quería fumar de hecho para aclarar un poco más la cabeza, Bipe no se sentía muy contento con la despertada repentina pero sabía que era mejor que quedarse botado en el bar. De pronto H pensó que quizás eran un par de tipos decandentes, un asco... Los últimos días lo había considerado junto con la posibilidad de cambiar de ambiente, y quizás incluso de rutinas. Biperideno lo miró sospechando algo pero no dijo nada, tal vez sí era hora de cambiar un poco. H rió al terminar de prender su cigarrillo y ver a Bipe caminando un poco más lejos cantando una canción de Michael Jackson.

Cream

Posted by  Tarride | Posted on 7:43 a.m.

1

Sonaba "Cream" de Prince muy fuerte, la casa de Haloperidol a parte de las andróginas voces del cantante parecía vacía, y era extraño ya que hacía sólo unos minutos me había llamado al celular para pedir que fuera urgente. Recorrí el frente de la casa tratando de mirar hacia adentro, pero las cortinas blancas no hacían fácil la tarea. Dí la vuelta saltando la reja que separa el patio trasero, la que en general tampoco está cerrada, pero no logré ver nada interesante mientras la canción llegaba casi al final. Abrí la puerta de la cocina y entré cuidadoso, esto me parecía un poco peligroso incluso, y por lo mismo había dejado de gritar hacía un rato. Justo en el momento en que me acercaba al pasillo escuché un chasquillo casi eléctrico, un golpe corto y agudo y la canción comenzó nuevamente desde el principio. Grité el nombre de H con la voz quebrada por la ansiedad mientras me acercaba al living y al equipo de música. No había nada, nadie. Bajé el volumen y apreté stop. La música cesó y vino un silencio abrumador. Desde el fondo del pasillo, en la penumbra escuché la voz pastosa y agotada de Haloperidol diciendo "¡Gracias!".