Las Hermanas Alcayota
Posted by Tarride | Posted on 11:34 a.m.
La Reina de Belleza del quinto concurso municipal de cierto popular municipio de la capital era verdaderamente una belleza. Morena, caderas anchas, poco bigote, senos voluptuosos cual melones calameños y ojos de ratoncillo cola larga. Un digno exponente de cierta particular mixtura genética, muy criolla, desarrollada a lo largo de las décadas de laboriosa impunidad profilática, fruto de gozosas noches de pasión y honesto amor (post) familiar. Esta señorita recibía el nombre de Juanita Alcayota, Juanita como su abuela paterna y Alcayota como la fruta, o como su apellido familiar también.
Su hermana Eugenia Alcayota, era aun más bonita, pero no gustaba de los concursos de belleza y jamás habría aceptado participar en uno. Algo más redondeada que la primera pero con un cuerpo formidable, como corresponde a una mujer "algo más redondeada" (como las prefieren los caballeros si se quiere), dabla clases de baile y educación física en una escuela cercana a su hogar, y en sus tiempos libres se dedicaba a leer revistas del corazón. Eugenia suponía que su vida transitaría entre su hogar con las historias de dulces amarguras amorosas, y el colegio con los niños gritones y moquillentos, hasta que apareciera un príncipe azul que la llevara a conocer nuevos horizontes. De hecho era tal la confianza que tenía en ésta secuencia de acontecimientos que había renunciado totalmente al mundo social de salón al que los jóvenes por esa edad son tan asiduos.
No ocurría lo mismo con Juanita, que era la reina de la fiesta en cada evento del que se enterara (bien dicho enterara porque eso suponía inmediatamente su presencia en el lugar). Ella creía que el estar bien informada era lo principal para tener una oportunidad de surgir, y a pesar de no haber dado pie en bola con los estudios superiores, diariamente se empapaba de toda noticia que encontrara a su paso. De ésta manera Juanita en poco tiempo se había convertido en una especie de enciclopedia noticiosa, lo que le permitía sostener largas conversaciones del más diverso tipo, con los más diversos tipos.
Justo habría sido suponer que las cualidades de las hermanas se hubieran repartido de forma mas heterogénea, definiendo asi una hermana bonita y tonta, y una fea y muy inteligente, pero cualquier persona sabe perfectamente que la realidad no es así, y que ese tipo de concepciones sólo se da en las fantasías facilistas de ciertos personajes extremadamente infantiles y de corto genio, efecto mediante y equivalente en que habría sido posible suponer que estas dos señoritas hubieran conocido a nuestros héroes alguna vez. Pero lo cierto es que nunca se conocieron, a pesar de que probablemente la descripción anterior puede habernos hecho suponer eso, por la descripción misma y por encontrarse anclada en medio de las aventuras de nuestros héroes. Por lo tanto se da fé aquí que Haloperidol y Biperideno jamás tuvieron contacto alguno con las hermosas hermanas Alcayota.
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